"No es porque las cosas sean difíciles por lo que no nos atrevemos, sino que por no atrevernos ellas se hacen arduas."

Lucio Anneo Séneca



lunes, 24 de septiembre de 2012

Mi memoria, ¿donde está?

"Hola, me llamo Mariana, tengo 64 años y últimamente estoy muy preocupada porque tengo muchos olvidos. Sobre todo cosas como: qué he venido hacer aquí, cómo se llama esta persona, hacer recados, la cita con el médico, etc. Tengo miedo de que pueda tener Alzheimer o demencia senil (mi madre la tuvo). No sé por qué se me olvidan ahora tanto las cosas, yo siempre he tenido buena memoria. No sé si es normal por la vejez o que tengo algún problema en la cabeza, y la verdad, no he ido al médico por miedo a lo que me diga. Me gustaría que me aconsejaseis qué puedo hacer y si es normal o no."

Estimada Mariana,

Esos pequeños olvidos o despistes son normales, no sólo en personas mayores, sino también en jóvenes. Es cierto que el envejecimiento celular puede influir en los fallos de memoria, pero ésta también se puede ver afectada por otros motivos personales y ambientales (estrés, ansiedad, depresión, menores exigencias del medio por la jubilación, falta de atención, pérdidas sensoriales...). Muchos de estos factores se pueden modificar, así que por tanto podemos mejorar nuestra memoria.

Para ello, puedes entrenarte estimulando la mente mediante ejercicios, pasatiempos (autodefinidos, crucigramas, sudokus, etc.), lectura y escritura, cálculos, juegos de mesa, etc. Pero también tienes que cuidar tu cuerpo, realizando algún ejercicio físico como caminar, jugar a la petanca, bailar). Practica la relajación (yoga, tai-chi), intenta llevar unos hábitos de vida saludables y relaciónate con los demás. Además, puedes acudir a algún centro de día o institución donde impartan talleres para realizar actividades como las mencionadas.

Algunos trucos que pueden ayudarte a recordar (reglas mnemotécnicas): céntrate en las cosas de una en una y pon la atención a las que quieres recordar, repite lo que quieres recordar varias veces, asócialo con algo conocido (“se llama Paco, igual que mi tío”); ayúdate de agendas, notas o calendarios para anotar las cosas importantes a hacer y tenlos a la vista; si vas al salón y no sabes para qué, vuelve al lugar de origen a esa estancia de la casa o hazlo mentalmente (si antes estabas en la cocina, vuelve allí), etc.

Y no tengas miedo de lo que te pueda decir el médico. No tienes por qué heredar la enfermedad de tu madre, pero si ves que los consejos que te damos no son suficientes, quizá sea conveniente que acudas a un profesional para que valore tus pequeños olvidos y determine a qué se deben. Un neuropsicólogo puede hacer esto mediante sencillas pruebas y preguntas y proponerte un tratamiento si así fuese necesario.

Todo esto te ayudará a mejorar tu memoria y estar más tranquila. Un saludo.


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