"Hola. Me llamo Antonio y tengo un hijo de 9 años. Estamos muy preocupados por él porque, aunque es un chico con gran corazón, es muy desobediente. No saca buenas notas, y en el colegio nos dicen que no atiende en clase. En casa nos cuesta mucho trabajo hacer que se concentre en algo, como en la comida y en los deberes, aunque puede pasar horas y horas viendo la tele. Yo creo que el niño tiene déficit de atención, y hace poco le llevamos a un psicólogo, pero no me gustó lo que nos dijo, porque nos dio a entender que la culpa era nuestra. ¿Qué opináis? ¿Puede ser TDA? ¿Creéis que deberíamos darle medicación? Gracias."
Estimado Antonio,
El trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDA/H) es un trastorno que se lleva estudiando más de un siglo, aunque "se ha puesto de moda" en los últimos años. En general, se distinguen tres tipos, según predomine la falta de atención, la hiperactividad, o una combinación de ambas. Sin embargo, existe cierta controversia en el diagnóstico: algunos autores establecen la prevalencia del trastorno en un 10% de la población infantil, mientras que otros lo consideran un trastorno mucho más raro y son mucho más conservadores a la hora de diagnosticar un TDA. Pero lo realmente importante no es si tu hijo tiene TDA o no, si no qué podéis hacer para que mejore su rendimiento académico y su conducta. Un buen psicólogo no debería juzgar tu comportamiento o culparte de nada, aunque eventualmente las palabras de un psicólogo pueden hacernos sentir culpables... Para un padre, es más fácil asumir que su hijo tiene una enfermedad que depende de una medicación antes que asumir que puede tener un problema que se puede solucionar esforzándose y pasando más tiempo con él... Como psicólogo no puedo prescribir medicamentos, aunque tengo que reconocer su utilidad en algunos casos. Si éstos fuesen necesarios, tendría que recetarlos un psiquiatra infantil.
Como pedagoga os comento que muchas veces los profesionales de la educación utilizan tecnicismos que lo único que consiguen es asustar a los padres y pensar que su hijo tiene un grave problema, por lo que estimado Antonio le recomiendo que no deje el asunto de lado pero que tampoco se alarme más de lo necesario que en la mayoría de los casos es mayor la preocupación o la palabreja que la cuestión en sí. Un saludo
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