"No es porque las cosas sean difíciles por lo que no nos atrevemos, sino que por no atrevernos ellas se hacen arduas."

Lucio Anneo Séneca



lunes, 26 de marzo de 2012

Déficit de Atención o TDA

"Hola. Me llamo Antonio y tengo un hijo de 9 años. Estamos muy preocupados por él porque, aunque es un chico con gran corazón, es muy desobediente. No saca buenas notas, y en el colegio nos dicen que no atiende en clase. En casa nos cuesta mucho trabajo hacer que se concentre en algo, como en la comida y en los deberes, aunque puede pasar horas y horas viendo la tele. Yo creo que el niño tiene déficit de atención, y hace poco le llevamos a un psicólogo, pero no me gustó lo que nos dijo, porque nos dio a entender que la culpa era nuestra. ¿Qué opináis? ¿Puede ser TDA? ¿Creéis que deberíamos darle medicación? Gracias."

Estimado Antonio,

El trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDA/H) es un trastorno que se lleva estudiando más de un siglo, aunque "se ha puesto de moda" en los últimos años. En general, se distinguen tres tipos, según predomine la falta de atención, la hiperactividad, o una combinación de ambas. Sin embargo, existe cierta controversia en el diagnóstico: algunos autores establecen la prevalencia del trastorno en un 10% de la población infantil, mientras que otros lo consideran un trastorno mucho más raro y son mucho más conservadores a la hora de diagnosticar un TDA. Pero lo realmente importante no es si tu hijo tiene TDA o no, si no qué podéis hacer para que mejore su rendimiento académico y su conducta. Un buen psicólogo no debería juzgar tu comportamiento o culparte de nada, aunque eventualmente las palabras de un psicólogo pueden hacernos sentir culpables... Para un padre, es más fácil asumir que su hijo tiene una enfermedad que depende de una medicación antes que asumir que puede tener un problema que se puede solucionar esforzándose y pasando más tiempo con él... Como psicólogo no puedo prescribir medicamentos, aunque tengo que reconocer su utilidad en algunos casos. Si éstos fuesen necesarios, tendría que recetarlos un psiquiatra infantil.


domingo, 18 de marzo de 2012

Inapetencia sexual

"Hola. Me llamo Begoña y tengo 31 años. He de deciros que me ha costado trabajo decidirme a haceros esta consulta. Resulta que desde hace unos meses mi deseo sexual ha disminuido notablemente, e incluso podría decir que ha desaparecido. Estoy muy preocupada y no hago más que pensar en ello. Está empezando a afectarme bastante a la hora de relacionarme con otras personas y tengo miedo de quedarme así para siempre. ¿Qué puedo hacer?"

Estimada Begoña,

Antes de nada quiero felicitarte por haberte decidido a consultarnos. Estos temas aún siguen provocándonos incomodidades, a pesar de que la sexualidad forme parte de todos nosotros puesto que somos seres sexuados.
En cuanto a tu pregunta, has de saber que el deseo sexual es algo muy personal, diferente en cada persona y en cada momento. Es normal que a veces disminuya, al igual que a veces se incremente. El deseo sexual “habla” de cómo estamos, de cómo nos sentimos en cada etapa vital, es una especie de barómetro, por lo tanto el deseo es algo muy subjetivo.
Como el deseo es una experiencia emocional subjetiva, son muchas las posibles causas de su disminución, causas que tienen que ver habitualmente con lo que nos pasa en la vida, con nuestras creencias, emociones, pensamientos, etc.
Si persiste en el tiempo o se hace repetitivo, entonces habría que comprobar si se trata de un problema orgánico, y una vez descartado, es recomendable acudir a un terapeuta para buscar la solución, ya que la dificultad estaría causada y mantenida por factores afectivos, psicológicos o ambientales. En cualquier caso, recuerda estas palabras de Jorge Bucay: "El deseo adquiere sentido cuando eres capaz de transformarlo en una acción."



lunes, 12 de marzo de 2012

Las quejas de mi compañero de piso

"Buenas tardes. Me llamo Fernando. Os escribo porque no sé qué hacer con los supuestos dolores de mi compañero de piso. Siempre se está quejando de algo, incluso cosas que no tienen ningún sentido a su edad: dolores de rodilla, de espalda, de muelas... He intentado animarle a que vaya al médico, pero lo único que tiene es un problema de sobrepeso. A veces consigo hacerle ver que sus quejas no tienen fundamento, pero pronto se le olvida y vuelve a repetirlas. Parece como si siempre esperase que yo le resuelva sus problemas, o que esté pendiente de él, ¡pero yo no puedo! Lo hace con más gente, pero yo soy quien convive con él y necesito saber cómo manejarlo porque así no puedo vivir tranquilo... ¿Qué podéis decirme?"

Estimado Fernando,

Ciertamente no es normal que una persona joven (como parece tu compañero) tenga tantas molestias físicas. Hay personas que prestan demasiada atención a ciertas sensaciones de su cuerpo (las señales interoceptivas) y tienden a asociarlas con el padecimiento de alguna enfermedad. A esto se le suele llamar hipocondría. Quizá se podría considerar hipocondríaco a tu compañero de piso, aunque la característica fundamental de este trastorno es el miedo a la enfermedad y no el padecimiento de los síntomas. Pero aún siendo hipocondríaco, los dolores de tu compañero podrían ser reales, incluso sin causa orgánica. Algunas personas reprimen (niegan inconscientemente) algunos sentimientos negativos, los cuales son tan intensos que se manifiestan como dolores o molestias en distintas partes del cuerpo, que a pesar de no tener ningún daño fisiológico, generan un dolor o malestar real. Estas personas se dice que somatizan sus sentimientos o emociones reprimidas. En cualquiera de los casos, sería conveniente que tu compañero acuda a la consulta de un terapeuta cualificado, porque ese tipo de problemas no suelen ser fáciles de resolver. Por tu parte, me temo que no tienes más remedio que seguir como hasta ahora, siendo consciente de que tu compañero no puede evitar sentir lo que siente, y apoyándole para que busque la ayuda de un profesional. Un saludo.



lunes, 5 de marzo de 2012

Amistad en la distancia

"Buenos días. Últimamente estoy preocupado por mi relación con mi mejor amigo, como yo, de 31 años. Actualmente no vivimos en la misma ciudad, y mi amigo es muy despistado y siempre suele estar muy ocupado, así que casi siempre soy yo quien le busca y quien muestra interés. Sé que él me quiere y respeta, porque me lo ha dicho y sé que no mentía, y también sé que le pasa lo mismo con otros amigos. Sin embargo, por una parte tengo miedo a que la relación acabe por enfriarse -ya me pasó algo parecido con otro amigo cuando era adolescente-, y por otra parte a mí también me gustaría recibir de mi amigo lo que le doy a él, aunque yo lo que le doy es porque lo siento... Sé que él necesita y valora mis frecuentes muestras de confianza y preocupación, aunque no me las pida, pero también a mí me gustaría recibir lo mismo aunque tampoco sé cómo pedirlo... ¿Cómo se dan las mejores muestras de amistad en la distancia?, ¿cómo se le dice o se le demuestra a alguien que se le quiere?, ¿como "debería" demostrarlo? Muchas gracias."

Estimado Alberto,

La sociedad en la que estamos inmersos nos va inculcando desde pequeños cómo tenemos que comportarnos en función del género, roles o papeles que han sido aprendidos y transmitidos de generación a generación desde hace muchos años. Es por esto que, en gran parte, a los hombres os cueste un poco más de trabajo que a las mujeres expresar los sentimientos, por lo que es muy comprensible lo que te sucede.

La amistad se conforma cuando entre dos personas se da el cariño, el aprecio, el respeto, el amor, la confianza y un largo etcétera. Así que podrás hacerte una idea de las múltiples posibilidades de demostrar lo que se siente, estando cerca o lejos de la otra persona. No hay una fórmula universal de cómo se “debería hacer”, puesto que eso es algo muy personal, único en cada uno de nosotros. Es por esto que tú puedes percibir y sentir que tu amigo no te da lo mismo que tú le das a él.

Por otra parte, algo que puedes probar a hacer es hablar con tu amigo de lo que tú necesitas de él, y también preguntarle qué es lo que él necesita de ti. A lo mejor te sorprende su respuesta, ya que a veces creemos saber lo que necesitan los demás, creemos “adivinarlo” (al igual que esperamos, casi sin darnos cuenta, que los demás “adivinen” lo que queremos o necesitamos), y en muchas ocasiones es más un reflejo nuestro, de lo que necesitamos nosotros, y no es la necesidad real de la otra persona.

También es bueno que tengas presente que las relaciones en la distancia se exponen a cambios, aunque no es la única situación en la que esto sucede. Quiero decir, que las relaciones son un ente vivo, en continuo cambio, en evolución. Es algo que tienes que asumir para poder estar atento a cómo está la relación en cada momento o etapa, y así poder satisfacer las necesidades de ambas partes. Como dice Richard Bach, “Nuestra amistad no depende de cosas como el espacio y el tiempo”.